Cuando Google adquirió una pequeña compañía móvil llamada Android en 2005, pocos en el gigante de las búsquedas tenían grandes esperanzas en el trato, en caso de que supieran de su existencia. En ese punto, Google había comprado sólo unas cuantas compañías, en su mayoría creadores de software, y se había incorporado discretamente a sus operaciones (las grandes transacciones de alto perfil como YouTube y DoubleClick fueron posteriores).

Además, no mucha gente sabía exactamente qué hacía Android: la nueva adquisición estaba en modo sigiloso y su cofundador, Andy Rubin, mejor conocido por crear el dispositivo móvil Sedekick, dijo poco acerca de su producto o su misión. El ejecutivo en jefe, Eric Schmidt, haría bromas posteriormente de que apenas se dio cuenta cuando los fundadores de Google, Larry Page y Serge Brin, compraron la compañía.

Por supuesto, ahora es imposible ignorar a Android. Es el sistema operativo móvil, el cerebro de un teléfono celular, que impulsa a más de 100 millones de aparatos (este número puede estar desactualizado en el momento en que lea esto: cada día se activan 400,000 dispositivos Android).El iPhone de Apple obtiene crédito sólo por mostrar a los consumidores lo poderoso y genial que puede ser un dispositivo móvil; pero Google democratizó los teléfonos inteligentes haciendo que Android estuviera disponible demanera gratuita para cualquier fabricante de auriculares que quisiera usar la plataforma.

En el último recuento, el software Android estaba en más de 300 diferentes teléfonos y tabletas en todo el mundo. ¿Cuál es el único teléfono inteligente que utiliza el sistema operativo de iPhone? iPhone. “Si trazas una línea en la gráfica para ver cuán rápido hemos crecido, dice Rubin, ahora vicepresidente principal de teléfonos portátiles en Google, es casi vertical”.

En estos días hay mucha confrontación (justificada) acerca de Android en Google -un vicepresidente de desarrollo corporativo ha dicho que Android es “el mejor trato que Google ha cerrado“-, pero en retrospectiva, el éxito de Android es una especie de milagro. Las grandes compañías de tecnología han arruinado casi todas sus adquisiciones, dejándolas marchitarse por desatender o desplazar a sus socios y otros talentos con sus culturas y protocolos inflexibles. Incluso Google puede ser responsable de esto (como con dMarc y Dodgeball), pero su gestión de Android es un ejemplo para libros sobre un negocio que va de maravilla: Rubin y su equipo han prosperado en la cultura operada mediante la ingeniería de Google, que alienta la innovación permitiendo que Android dé a conocer versiones imperfectas que mejorará de manera continua. Google también adoptó la visión de Rubin de regalar el sistema operativo, una estrategia permitida por el modelo de negocios más amplio de Google con base en publicidad, que ayudó a la adopción de la plataforma.

Pero, en última instancia, Android triunfó en gran medida gracias a sus benefactores corporativos: los cofundadores de Google, Page y Brin, vieron el amplio potencial de Android casi desde el principio. Para los jóvenes empresarios, Android era más que otra adquisición de software. Era el elemento central de su gran visión para transformar la industria de las telecomunicaciones y hacerla más abierta y accesible, casi como Internet.

Google en la marcha

Brin y Page no estaban siendo sólo altruistas en su compra de una web inalámbrica más abierta. Junto con otros ejecutivos de la compañía, revisaron los datos: en 2005 había cerca de 2,000 millones de auriculares (hoy ese número está cerca de los 5,000 millones), comparado con los 1,000 millones de PCs, de acuerdo con la empresa de investigación Gartner. No se necesitaba la inteligencia de un ingeniero de Google para darse cuenta que la telefonía portátil era la siguiente frontera. Google, que hace un negocio para capturar los ojos y proporcionar publicidad relevante, tendría que moverse junto con los consumidores de las computadoras de escritorio a los teléfonos. Pero ¿cómo?

Hasta la llegada del iPhone en 2007, los teléfonos celulares estaban en épocas oscuras. Los plegables estaban de moda, los consumidores sólo tenían acceso a fragmentos limitados de información, en general, navegando en una configuración compleja de menús o cubiertas proporcionados por las compañías de teléfonos y sus selectos socios. Pero Brin y Page no estaban satisfechos con ser sólo un proveedor para las telecomunicaciones. Querían encontrar un modo de arrancar el control de los operadores de la red, para que los consumidores pudieran usar sus teléfonos para obtener información de Internet, del modo en que lo hacían en sus computadoras de escritorio.

Andy Rubin compartió su sueño. Con 48 años, pasó parte de su carrera en Apple, donde los ingenieros medían el éxito de un producto mediante la adopción del producto por el público. Danger, que hace el Sidekick que fundó con otros en 1999, había vendido millones de dispositivos. En su siguiente movimiento, Rubin quería alcanzar a millones de usuarios. Rubin, que había conocido a Page (un usuario de Sidekick) durante una plática que había dado en Stanford, le preguntó si podían reunirse para discutir esta nueva empresa. Cuando Rubin le explicó que su nueva compañía Android podría construir un sistema operativo que cualquiera podría utilizar y que intentaba lanzarlo, Page estaba encantado. “La propuesta era casi ridículamente ambiciosa, lo que les encanta a Larry y Serge”, dice Alan Eustace, vicepresidente principal de Conocimiento en Google. Brin y Page dieron su aprobación en persona para la adquisición de un estimado de 50 millones de dólares.

Aunque Rubin tenía antecedentes de éxito y el apoyo de arriba, tenía que probarse a sí mismo en Google. “Cuando no transportas nada, no eres nadie” señala Rubin. “Solíamos tener todas esas reuniones, que eran reuniones estratégicas y Schmidt me observaba después de hablar en la mesa y me decía ‘Andy, no tienes ni una acción en el mercado. Y ni siquiera has arrancado’”. De hecho, tomó a Rubin y su equipo casi tres años de incubación en Google tener a Android en el mercado. David Lawee, vicepresidente de desarrollo corporativo en Google, una vez admitió que tenía sus reservas: “Vi a este tipo en mi edificio por dos años, paseando su perro y yo pensaba ‘Espero que este tipo haga algo’”.

El Edificio 44, casa del equipo de Android, es un enjambre de actividad. Rubin dice que le han ofrecido espacios más grandes y más elegantes, pero quiere mantener su mentalidad de compañía en lanzamiento y, de hecho, los ingenieros de Android aún trabajan por horas para actualizar el software de manera continua. Para atraer gente a la oficina durante los fines de semana se instituyó el ‘domingo de tocino’.

El laboratorio de Android permanece reservado para cualquiera aparte de los ingenieros clave y unos cuantos ejecutivos. Cuando visité a Rubin, me condujeron a través de siniestros señalamientos en rojo que prohibían el paso a visitantes hasta una anodina sala de conferencias. Lo vi siendo entrevistado en un escenario la noche anterior, y Rubin parece mucho más cómodo aquí, frente a una audiencia de uno. Zarco Draganic, a mediados de 1990, dijo que lo sorprende lo frecuentemente que Rubin se encuentra en el ojo del público, tomando en cuenta que es muy introvertido.

Rubin tiene fama en Google de tener confianza en sí mismo, pero me dice que nunca pensó que el crecimiento estratosférico de Android en Google fuera pan comido. En algún momento dice que temía que no pudiera obtener los recursos y el apoyo que necesitaba. En cambio, su equipo creció de ocho empleados en 2005 a 79 ingenieros en el momento en que Google lanzó la primera versión de Android, en 2008.

Despegue

Android no pudo haber llegado en un mejor momento de la industria inalámbrica. El iPhone fue un éxito, pero ningún otro fabricante de auriculares obtuvo la licencia del sistema operativo de Apple. Lo mismo sucedió con RIM, la plataforma del BlackBerry. Las demás opciones, el Symbian de Nokia y la versión de Windows para teléfonos de Microsoft, simplemente no sobrevivieron. Android tuvo la capacidad y flexibilidad que los fabricantes de auriculares buscaban, y su precio (gratis) era excelente (Desde el principio, Google decidió dar Android y el desarrollo del software a los fabricantes de la aplicación, con el argumento de que para recuperar su inversión, sería más que suficiente incrementar los anuncios comerciales vinculados a la búsqueda del teléfono celular).

El director general de Motorola Mobility, Sanjay Jha, destacó como uno de los principales promotores de Android, desechando todas las demás plataformas de smartphone en Motorola, en favor del software de Rubin. HTC lanzó el primer teléfono Android, y Samsung, LG, y otros, le siguieron. Las empresas que no tenían el iPhone (en ese entonces aquí se contaba a Verizon) también estuvieron encantados. Repentinamente, ellos también tenían la oportunidad de ofrecer ingeniosos teléfonos multimedia con una biblioteca de aplicaciones en crecimiento, y además, podían personalizar los dispositivos (cargarles sus propias aplicaciones, por ejemplo) de formas que Apple nunca permitiría. Aunque el jefe de marketing de T-Mobile, Cole Brodman, admite que él no hubiera desperdiciado la oportunidad de ofrecer iPhones en su red, declara: “no hubiéramos podido hacer mucho más que distribuirlos”. No es de extrañarse que al fin del primer trimestre, Android representara 35% de los embarques de nuevos smartphones, asegura la firma de investigación Canalys, superando al Symbian de Nokia como la plataforma de smartphones más enviada.

Pero, ¿será un ‘pacto con el diablo’ el que establecen los fabricantes de auriculares al hacer equipo con Google? A medida que los teléfonos se convierten en simples recipientes de aplicaciones y medios de acceder a la web, es más difícil diferenciarlos. Es como lo que pasó con los fabricantes de computadoras como Dell, que ejecutaba en su totalidad software de Microsoft, y terminó en la competencia de precios porque su hardware no era lo suficientemente excepcional. Con Android, los fabricantes de auriculares corren el riesgo de que les suceda lo mismo que a Dell, dice el asesor Ted Shelton, refiriéndose a Dell como el epítome de los negocios de computadoras de margen bajo. Los fabricantes de auriculares insisten en que aún representan un valor agregado, colocando sus propias interfaces de usuario por encima del software, como Sense de HTC o Motoblur de Motorola, de forma que cada marca tiene un sabor propio.

Android ha sido un excelente negocio para Google, aunque la plataforma abierta no le produzca ninguna ganancia directa. “Esto no es filantropía”, dijo el ejecutivo de Google, Jonathan Rosenberg, durante una conferencia de accionistas en 2010. ”Cuando la web es mejor, más personas la utilizan con mayor frecuencia, y eso significa que buscan más a menudo”.

Parecería que los comentarios de Rosengerb refuerzan una de las críticas que más ha recibido Google: que sólo sirve para buscar. ¡Pero vaya que sirve! La búsqueda sigue siendo un negocio muy saludable, y con Android, Google ha contribuido -satisfactoriamente- a expandir los negocios a la telefonía móvil: Durante la conferencia de accionistas del cuarto trimestre de 2010, Google reportó que la búsqueda desde celulares creció cuatro veces en dispositivos con buscadores completos en 2010, y el volumen de búsquedas desde dispositivos Android fue 10 veces mayor al año anterior. Este incremento ha sido obviamente logrado por la multiplicación de usuarios de celulares Android, pero Google ha mencionado también que los usuarios de Android buscan dos veces más que los usuarios con otros ‘smartphones’. Eso se debe al diseño. Los fabricantes de Android suelen incorporar un botón en el hardware, y la mayoría de los usuarios puede hallar el widget de búsqueda en la pantalla de inicio. Sin embargo, Rubin afirma que los teléfonos Android, en general, están más integrados a la vida de las personas. “Su omnipresencia se refleja en que las personas hacen más búsquedas, pero también hacen más de todo”, agrega.

Aunque Google no se evade específicamente de Android, Rubin dice que éste es rentable, todo gracias a los anuncios. Piper Jaffray estima que Android obtuvo 133 millones de dólares en ganancias en 2010, y que la cifra podría llegar a 1.3 miles de millones en 2012, a medida que los publicistas pagan más para llegar hasta los dispositivos que los clientes llevan consigo todo el tiempo, y mostrar anuncios basándose en su ubicación. Aunado a eso, Google podría agregar un servicio para pagos por celular que genere ganancias, tal como la aplicación Google Wallet o un centro multimedia como iTunes. Schmidt ha sugerido que Android podría, en cierto punto, convertirse en un negocio que genere unos 10,000 millones de dólares anuales. Nada mal para una empresa que los analistas estiman tendrá ingresos por 28,000 millones de dólares este año.